viernes, 6 de noviembre de 2009

Inicio del Máster. La Academia de Julio Moisés

Retomo esta aventura literaria del "Cuaderno de arte" tomando de nuevo como referente a Nerval y su relato de tinieblas que lleva por título Aurelia. Mis labores como investigador tendrán este año su desvelo final en un trabajo de investigación que deberé realizar como alumno, del desconocido aún, Máster en el que me encuentro matriculado.

Los derroteros de mi vida estudiantil me han llevado a una elección, esperemos que no premeditada, de un tema que rondaba ya en mi cabeza desde el curso 2007-2008. Para poder entender mejor los motivos de tan aventurera empresa he de remontarme a ese año y concretamente a una asignatura, tan interesante como agotadora en algunos casos, que era Arte en España antes de 1939. El joven y prometedor profesor que por entonces me adoctrinaba sobre este momento histórico del arte era Javier Pérez Segura, maestro de los vericuetos enrevesados de la historia del arte contemporáneo español. Un día tras leer varios textos sobre Creadores Españoles de la editorial de la Fundación Mapfre y concretamente en su capítulo referente a la pintora Maruja Mallo, me topé de repente con un asalto dubitativo. Se trataba de un nombre que mi mirada atendió de pasada y del que escasísima información se trataba en el mencionado texto. Julio Moisés era aquel desconocido que aún hoy lo sigue siendo y que esperemos, al final de esta hazaña todavía no practicada, deje de serlo. En el artículo sobre Maruja Mallo se hablaba de la Academia de Julio Moisés.

Al día siguiente y gracias a mi ansiedad generalizada por resolver todas las dudas que pudieran provocarme ese asqueroso estado, me dirigí al profesor mencionado y le expliqué el motivo de mi cuestión. La pregunta en concreto fue: -Javier, he leído algo en la biografía de Maruja Mallo sobre una Academia de un tal Julio Moisés, ¿Qué se hacía en aquella academia?.

La respuesta por su parte fue clara y muy corta, me dijo: -La verdad es que no se sabe mucho sobre ese tema, sería un buen tema para investigarlo. La cosa no pasó a mayores y yo me fui con esa intranquilidad inconfesable que les lleva a los enfermos mentales a lanzarse fuera de sí mismos o lanzar alguna parte suya fuera de sí como escribiría Bataille sobre la oreja cortada de Van Gogh. Esto último podría sonar algo exagerado, sin embargo desde hace tiempo una preocupación en nada desdeñable a nivel de comparaciones ronda mi mente sobre este tema que aquí os relato.

Así que ahora estoy en el momento ese de antes de lanzarse al vacio. En una cuerda floja en la que te puedes caer si no mantienes bien el equilibrio. Intentando buscar en mi mente y con los pocos datos de los que dispongo de esas pruebas que apoyan lo que los más eruditos se afanan en llamar la "Ciencia histórica". Ahora yo les critico y les digo que existen muchos que la utilizan a su antojo, pues hablan de ella cuando son los primeros que la desvirtuan para corroborar las conclusiones de sus hipótesis. Con ello no quiero decir que las debieran seguir, todo lo contrario pues yo no me considero partidario de ellas, sino que critico a los que hacen alarde de ella para luego usarla a su antojo con el fin de aumentar su ego narcisista de investigador.

Ahora me despido, a la espera de iniciar este proceso y esperando poder ir publicando mis consideraciones y conclusiones sobre la Academia Libre de Julio Moisés.

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