viernes, 16 de agosto de 2013

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Burrell Collection
Glasgow (Escocia)
Carácter permanente


El magnate escocés del transporte William Burrell atesora una colección increíble de objetos de todo tipo. Desde armamento militar, hasta el cabecero de la cama de Enrique VIII. Todas estas piezas son de marcado interés, pero lo que realmente despunta dentro de su colección privada son 37 pinturas de artistas impresionistas franceses que hasta ahora nunca habían sido expuestas. A través de una muestra organizada por la institución que lleva su nombre, (la Burrell Collection de Glasgow), se van a presentar piezas de Degas o Manet, además de Renoir, Eugène Boudin, Gaughin o Vuillard. Lo más atrayente de esta exposición consiste en rescatar de los fondos de esta institución privada, todo un conjunto de obras de arte que no hn sido nunca mostrado. Entre los temas de las pinturas están las típicas bailarinas por las que se distinguía el arte de Degas, algunos pasteles de Manet, y una pieza maestra: 'Café en la Plaza del Teatro Francés', también de Manet. La fortuna de los Burrell proviene de un negocio familiar de mercancías. William, el tercero de nueve hermanos, comenzó su colección muy pronto donándola a la ciudad de Glasgow en 1944.


Colección de arte futurista Eric Estorick
Londres. Carácter permanente


Quemar los museos, glorificar la guerra, o higienizar el mundo son algunos de los principios que movían a los futuristas italianos. Liderados por Marinetti y encuadrados en el fascismo de Mussolini, hicieron de su teoría una práctica. Artistas como Umberto Boccioni, Mario Sironi o el arquitecto futurista Sant´Elia se alistaron a filas en la Primera Guerra Mundial. El último de éstos cayó en combate. Antes habían realizado obras como 'La rebelión' de 1913 o 'Las fuerzas de una calle' de 1912. Pinturas de corte expresionista cargadas de gran dinamismo, en las que se exaltaba la velocidad de un caballo o la potencia de una máquina (Boccioni moriría también poco tiempo después, precisamente como consecuencia de un accidente de equitación).

Se sabe que los futuristas estuvieron poco tiempo en combate, pero suficiente para que algunos de ellos se retractaran de sus radicales ideas. Todo lo contrario que el 'pope' del movimiento, Marinetti, que tras estar en el frente escribiría un texto titulado 'El orgullo italiano'. En éste afirmaba que la guerra era innata al "genio creativo italiano". Así se desarrolló este movimiento que junto al Dadaísmo dejó una profunda huella en el arte contemporáneo. En Inglaterra existe un museo en donde se expone una de las mejores colecciones de arte futurista del mundo y que pocos conocen, se trata de la Estorick Collection of Modern Italian Art, situada en Londres. Una institución que lleva el nombre de Eric Estorick, sociólogo y escritor americano, coleccionista de este tipo de arte.


Pissarro
Museo Thyssen Bornemisza. Madrid
Hasta el 15 de septiembre


Último mes para disfrutar de la obra del impresionista Pissarro, un artista cuya pintura contiene las bases de un movimiento que revolucionó el mundo del arte. Su paleta, presente en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid hasta el 15 de septiembre, es fruto de una transformación de la mirada. Desde finales del XIX, fruto de las investigaciones sobre la visión humana y de sus interacciones con el color, los artistas comenzaron a representar paisajes (tanto campestres, como urbanos), de forma radicalmente distinta a como se había hecho en el Neoclasicismo.

Pissarro se movió entre el llamado Impresionismo y el Post-Impresionismo, movimientos que abrieron un amplio campo para la experimentación, en el que la pintura comenzó a abandonar la imitación fidedigna de la realidad, para entrar en el campo de la abstracción a partir del uso del color. Las obras de la primera etapa de Pissarro aportan detalles de un paisajismo rural, con imágenes tamizadas por los efectos de la luz sobre el entorno y las cosas. En 1885, este pintor nacido en St.Thomas (Antillas danesas) entró en contacto con el puntillista Seurat, y fue el primer impresionista del grupo que, durante un tiempo, abandonó su estilo para crear obras bajo la técnica ‘divisionista’ o puntillista. Su experimentalismo le marcó siempre como un hombre abierto, conciliador, y maestro de otros maestros como Cézanne o Gauguin.