martes, 3 de marzo de 2009

AXELLE FOSSIER. GALERÍA ARTEVEINTIUNO


Axelle Fossier nos descubre en cada una de sus instantáneas aquello que suponía el orden de lo estético para el maestro del verbo Paul Valery. La vista, el tacto, el olfato, el oído, el movimiento y el habla, decía el poeta, nos lleva a veces a detenernos en el placer que nos causan. Cada uno de estos efectos son infinitos, como lo son las percepciones del artista y el espectador ante estas fotografías. En Fossier la ciudad se convierte en un decorado parlante, en un mosaico de zonas que la luz nos permite ver y que se entremezclan con fondos oscuros teñidos por ensoñaciones. El negro, el color de la omnipotencia, precisa de las experiencias y sentimientos de esta fotógrafa. Sus paisajes urbanos reflejan las múltiples punzadas que el mundo ha dejado marcado en su interior. Como ventanas que se abren para revelarnos los más íntimos secretos, podemos ver y sentir más allá de sus imágenes. Esta joven artista, que ha expuesto ya en París o China, nos regala aquello de lo que carecemos a veces y que es la grandiosa capacidad para soñar.

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